Blog de Juan Gabriel Estellano.

15 de octubre de 2019

Tikimani

Desde mis primeros acercamientos a la cordillera real escuche hablar sobre el nevado Tikimani, comentarios sobre lo muy expuesta que es la montaña, que muy pocas personas la han escalado, que con el calentamiento global las condiciones son cada vez mas escasas.
Como parte de la producción del documental Achachilas estaba el intento de escalar esta montaña, debido a los muchos mitos sobre ella, y los pocos datos concretos al respecto decidimos ir a ver realmente de que se trata. Sergio y Juvenal Condori como protagonistas del film lideraban la escalada, y Rodrigo Lobo conmigo nos encargamos de documentar la aventura.
Partimos a las 5 de la madrugada, el clima estaba un poco indeciso pero nosotros fuimos con todo. Llegamos al valle indicado y la montaña  nos recibió con sus imponentes más de mil metros de pared y su gran canaleta que la atraviesa. Pasado el medio día se comenzó a nublar y al final de la tarde la nieve comenzó a caer. tras la cena y con el panorama muy blanco nos fuimos a dormir, con pocas esperanzas de atacar a la cumbre, pero con el despertador a las 2am por si acaso. Al abrir los ojos un cielo muy estrellado nos esperaba. Tras un par de horas de aproximación y con el cielo comenzando a aclarar comenzamos la ascensión.
Tras pasar unos primeros largos muy expuestos llegamos al solido y vertical glaciar que nos sejaría en un hombro a la izquierda de la montaña por donde pasa la vía "nornal". Llegamos al rededor de las 3 de la tarde y las nubes ya nos rodeaban totalmente. Decidimos quedarnos ahí a vivaquear, para continuar al día siguiente. La noche nos cobijó con miles de estrellas y el resplandor de la ciudad de La Paz, al fondo.
Continuamos apenas amaneció, nos esperaba un largo día. Primero con una travesía de escalada mixta, hasta que llegamos a casi el final de la gran canaleta de hielo que comienza en la base de la pared y sale directamente a la cumbre. Un par de largos en la este impresionante tobogán de hielo con un  mar de nubes que no nos permitían ver el suelo. Los 5500msnm se hacen sentir en una pared muy vertical, hasta que finalmente llegamos a la cumbre, pasado el medio día.
La bajada planeada nos lleva por el filo bastante aéreo hasta salir del glaciar por la parte de atrás a por la que subimos y ya sin crampones ni equipo de nieve continuamos una larga bajada, llegando a las nueve de la noche a la base.