La semana pasada estuvimos unos días en la comunidad guaraní Urundayti, muchas de las personas de esta comunidad han nacido esclavos, trabajando para alguna hacienda desde niños. Nos contaron muchas historias de todo tipo, la mayoría obtuvo la libertad en el 94 cuando les otorgaron una tierra seca donde no crece casi nada mientras las tierras productivas siguen siendo de los hacendados. Todo esto nos hizo cuestionarnos sobre el trabajo que estamos haciendo, que evidentemente es muy limitado, estar 3 días en un lugar no sirve para darse cuenta cómo se vive en estas comunidades y mucho menos entender sus verdaderos problemas y necesidades.
La gastada pizarra de la escuela.
Así sintiéndonos unos intrusos compartimos unos mates con la gente. Yo al segundo día ya no tenía ganas de hacer fotos, si no de hablar con la gente, simplemente, es muy incomodo sentirse fuera de lugar. Mientras en las ciudades estaban desfilando por el 6 de agosto, (totalmente inútil, por no decir otras cosas), en otros lados la gente trata de vivir.
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