El cuerpo de rescate
Socorro Andino Boliviano, nació por
azar durante un viaje de Edy Grange, guía de la
Sociedad de Guías de Montaña Courmayeur y miembro activo del Rescate de
Montaña del Valle de Aosta en Italia. Quien al pasar por Bolivia para ascender a algunas cumbres nevadas contó con el apoyo de un guía de montaña local,
a quien conoció unos años antes en
Europa. Este andinista boliviano, Aldo Riveros, realizó una parte de sus cursos
para convertirse en un guía de montaña, en el Valle de Aosta y en Chamonix, Italia y Francia, donde se conocieron.
Viajando juntos
por los andes bolivianos se dieron cuenta de la precariedad de las condiciones en casos de
accidente y para la gestión de una operación de rescate en todos los valles
situados a más de los 4500 metros. Así nació la idea de crear un curso de
formación, para guías de montaña de Bolivia, en rescate organizado.
Tras las gestiones de
organización los años 2007 y 2008 se
llevaron a cabo dos cursos impartidos por el grupo Soccorso Alpino Valdostano,
venidos del norte de Italia. Con este curso se formó a un equipo humano, en su
mayoría guías de alta montaña,
calificado para intervenciones en accidentes de andinismo. De esta
forma el mismo 2008 se creó el Socorro
Andino Boliviano (SAB).
Teniendo en cuenta que la
necesidad de un conocimiento avanzado en técnicas de escalada en altura, especialmente
sobre los 5500msnm, edemas de una buena condición física son fundamentales
para llegar a los heridos, este es el único grupo capacitado para operar en
estos terrenos en Bolivia.
En el primer rescate organizado
por el SAB en octubre del mismo 2008, el equipo tuvo que caminar más de 25km
para llegar al cuerpo sin vida de un accidentado, y regresar la misma distancia
con el peso extra, tardando cinco días en realizar toda la operación. Un
trabajo como este, se podría haber realizado en pocas con la ayuda de un
helicóptero.
Posteriormente a esta experiencia
el SAB ha llevado a cabo muchos más rescates a lo largo de nuestra cordillera, en
sus diez años de existencia, salvando vidas humanas y convirtiéndose en una
institución de referencia para el
rescate de montaña en toda la región. El SAB no cuenta con apoyos gubernamentales
y realiza sus operaciones gracias al trabajo voluntario de sus miembros,
contando solo con sus propias manos para realizar los rescates.
En este momento el SAB se
encuentra en búsquedas de fondos para realizar la formación y entrenamiento de rescatistas
con la ayuda de un helicóptero. Esta
formación posibilitará la coordinación entre los guías-rescatistas con el piloto del helicóptero. También se tomará en cuenta la formación de médicos y paramédicos que
puedan intervenir en el terreno.
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El SAB ha firmado un convenio de colaboración
con el Instituto de Formación y Desarrollo en Medicina de Montaña IFREMONT, de
Chamonix-Francia. Quienes enviaran un
experto médico de rescate y medicina de montaña a Bolivia para la formación.
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También cuentan con ayuda de la Fundación de la Academia de Medicina de
Francia, y de la Airbus Helicopters Foundation
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Como dato curioso, la nieta de Simon I Patiño, Albina
du Boisrouvray, tras la muerte de su único hijo, quien fuera piloto de
helicóptero, hizo una donación millonaria para un centro de control para
rescates con helicópteros en los alpes suizos.
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